domingo, 13 de diciembre de 2015

VEINTIDOS

Cuatro y trienta de la mañana. No, no iba a poder dormir. Se levantò como pudo mientras miraba sus sàbanas verde manzana, que ahora eran rojas por toda la sangre que habìa derramado en ellas. No se habia curado las heridas, no podia, si con suerte podia moverse sin marearse.
Entrò en el baño y abriò el grifo de agua caliente, mientras templaba la bañera para darse un baño. Bajò las escaleras agarrada de los barandales, se mareaba mucho. Buscò agua oxigenada y vendas mientras caminaba hacia el baño. Se diò un baño de agua caliente y luego se curò, con mucho cuidado, las heridaas hechas por el cuchillo.
De verdad se habìa asustado.
Su cabeza era un vaivèn de pensamientos; primero, la noche hermosa que habia pasado con sus amigos. Segundo, el beso con Peter. Tercero, la actitud de Candela. Y cuarto, la amenaza y el arma de Marcos. 

Peter llegò a su casa, donde Eugenia lo estaba esperando para poder cerrar con el cerrojo la puerta.
-¿Volviste? -preguntò tontamente la rubia.
-No, soy el gemelo perdido de Peter -bromeò, revoleando los ojos.
-Bueno, che, es tarde. -riò.
-¿Tenès tiempo para hablar un rato?
-Sì, ¿Que pasa?
-¿Podemos ir a tu habitaciòn?
Ambos se dirigieron al cuarto de Eugenia, la cual cerrò la puerta con llave mientras Peter contaba lo que le estaba pasando.
-¿Alguna vez has estado enamorada? -preguntò de golpe.
-Ponele, hace mucho -Eugenia se encogiò de hombros-, ¿Por?
-¿Què hacen las personas enamoradas?
-Y... -suspirò- no sè, cuando estan con esa persona que les gusta sonrien como bobos y sienten cosquillas, em...  quieren que esa persona sea feliz y... que se yo, Peter, ¿A que viene esta pregunta?
-Creo que me enamore -confesò.
-Debe ser re lindo p... ¿QUE? ¿DE QUIEN?
-Si te digo no me vas a creer...
-Decime Peter, soy tu hermana. ¡Te lo ordeno! -gritò alterada.
-Shhh, ¡nena! Mama y papà estan durmiendo.
-Bueno pero decime -insistiò.
-Bueno, me enamore de... Mileva.
Enseguida viò la cara de disgusto en Eugenia. 
«¿Esto es enserio?» pensò la rubio.
-Es mentira -suspirò aliviada- yo amo a Mariana.
-Ah... casi me muero de un paro. -dijo antes de reaccionar- ¿QUE?
-Me enamorè de Mariana Esposito. La hermana de mi mejor amigo, ¿Què hago? ¡Me enamore de una rata!
-Lali no es una rata, Peter -riò tiernamente- que bueno que te hayas enamorado, asì te dejas de romper las bolas con la primera gata que se te cruce por el camino. Ahora tu amor està puesto en ella, ¿Què pensas hacer?
-Primero ver si lo que ella siente por mì es lo mismo, supongo.
-Te puedo asegurar que sì -Euge guiñò un ojo- ¿Despues?
-Invitarla a cenar, charlar, hacerla sentir bien a mi lado... no sè, hermanita. Nunca estuve asì de enamorado.
-¿Estàs seguro que lo que sientes por ella es real?
-Sì, me dì cuenta ese dìa que la vì llorar por su madre. Me dio mucha ternura verla comer su helado. Sè que al principio, cuando se cayò de la bici, me portè mal pero trato de ser mejor persona, lo sabès.
-Si, si. Bueno, estoy re shockeada -risa-, sabes que te quiero mucho, pero a Lali tambien la quiero demasiado, asi que si de verdad sientes algo, no la dañes; tengo el presentimiento que su vida fue o es una mierda, pero nunca le preguntè sobre su historia.
-Tranquila, si la quiero, la voy a querer bien. Eso espero...
Una fuerte tormenta se desatò, Euge se asustò y le regalò a Peter una sonrisa tìmida.
-¿Quieres dormir conmigo hoy? Asi no tienes miedo -le dijo-, como cuando èramos niños. De hecho, como lo hicimos toda la vida.
-Està bien. Gracias, Peter. Por todo.

¡Buenass!
Sè que el capìtulo es corto, pero es lo ùltimo que me quedaba por escribir antes del salto de tiempo. Sì, vamos a saltearnos unos cuantos meses y va a pasar de TO-DO.
Bueno, ya saben que las quiero mucho, ¡nos vemos!
Juli.
PD: PREGUNTA, ¿QUE PIENSAN DE LA RELACIÒN DE EUGE Y PETER? (porque gritaba?)