viernes, 17 de abril de 2015

Un Pequeño Accidente

Rápidamente se acercó el equipo médico del Colegio Mandalay a la joven tirada en el suelo. Peter hacía luchaba contra todos para lograr ver en que estado estaba, sin éxito. Cande gritaba y pedía espacio entre toda esa ola de gente. Lentamente, Lali fue abriendo los ojos, la luz del sol le molestaba y le dolía mucho la cabeza, sobretodo en el espacio de su mente en el cual archivaba sus poderes. Comenzó a tocarse desesperadamente en dicho lugar. ¿Los habré perdido? es lo único que resonaba en su cabeza. Los paramédicos la ayudaron a levantarse y se la llevaron dentro de la institución.

La directora había ordenado que todos siguieran en sus actividades, y que realmente había sido un pequeño accidente, pero Peter estaba tan inquieto en ese momento que le era imposible concentrarse y en varias ocasiones la pelota se le había escapado fuera del área de juego, cosa que raramente pasaba en un chico como él.

Miró a ambos lados, nadie lo estaba mirando, al menos, de las personas que suelen juntarse con él. Escapó de la cancha, y por suerte, nadie lo vió. Corrió por los pasillos sin dirección, ya que no sabía el número de habitación que le había tocado a Lali. Tocaba una y otra de las puertas, sin respuesta. Se acercó a una última, una puerta color crema, con un diez pintado en ella con plateado y alguno que otros brillos. Había olvidado completamente que su hermana compartía habitación con ella. De no ser tan idiota, se hubiese ahorrado de tocar las demás puertas. Dio tres suaves golpes.

-Ya voy -se escuchó desde adentro. Claramente esa no era la voz de Lali.

Y no lo era, era Candela.

-¿Necesitas algo? -preguntó con una gran sonrisa, cómo si todo lo que él le había hecho antes lo hubiese olvidado.
-Sí, quiero ver como está Lali -dijo cordialmente. Cande lanzó una pequeña carcajada por lo bajo. Dió media vuelta y desapareció, dejándolo completamente confundido. Se escucharon susurros, y al segundo volvió:
-Pasa -se hizo a un lado, dejándolo entrar en esa habitación con olor a jazmines.

Lali estaba arrecostada sobre una de las camas de arriba, tapada hasta la cintura y un hielo en el chichón que tenía en la cabeza.

-¿Peter? -preguntó inocente. Sonrió- ¿Qué haces aquí? -decía mientras se sentaba en la cama.
-Venía a ver cómo estabas. Veo que bien -rió, mirando la enorme bandeja de chocolates y un jugo de naranja que no había percatado antes.
-Ah, esto me lo acaba de traer Cande de la cafetería -mordió una barra de chocolate- ¿Querés?
-Gracias -tomó uno e intentó abrirlo.

Nunca fue bueno abriendo paquetes. Le causaba gracia que todos decían el clásico cuento: Fácil de abrir. Y nunca -jamás- fue cierto. Miró a Lali con cierta vergüenza y le alcanzó la barra.

-¿Me lo abrís?
-Claro -rió-. Vaya, si que es extraño esto.
-¿Qué cosa?
-Digo, ¿no? Nosotros empezamos muy mal. Malísimo -recalcó-. Pero creo que no nos habíamos conocido bien -le alcanzó nuevamente el dulce, esta vez abierto, y se volvió a colocar el hielo.
-Gracias. Y sí, lamento todo.
-No pasa nada -sonrió.

Esa era LA sonrisa.

-¿Te duele? -preguntó después de unos tantos segundos de incomodidad.
-Mas o menos -le mostró una expresión de dolor lo cuál hizo reír a Peter-. Ahora con el hielo se me está pasando, y dentro de una hora tengo que tomar una pastilla y bueno... Descansar en esta aburrida cama -rió.

Te das cuenta lo que es encontrar un amigo, cuando lo tenes cerca, sabes que te está cuidando ante todo, que se preocupa por vos. Por el momento no tengo demasiados amigos, es más, diría que solo Cande, Paula y Peter. Tengo una capacidad, que me permitió ver que ellos son AMIGOS VERDADEROS. Sus miradas lo dicen, su forma de hablarme y preocuparse lo dicen, sus gestos lo dicen, su cariño lo dicen. Son de esos que una vez que los encontrás tenes que cuidarlos, porque valen más que el oro. En cada abrazo, en cada sonrisa, en la forma de reírnos cuando estamos juntos y que el mundo no sepa por qué, en los secretos que nos tenemos, cómo nos encubrimos, nos queremos. Y eso es lo importante.

-¿Querés que me quede con vos a pasar la tarde? -preguntó. Era obvio que acá estaba pasando algo.
-Cómo quieras, dentro de un rato viene Cande, así que -se encogió de hombros- ¿Vemos algo en la tele?
-Dale.
-El control remoto está en aquella mesa -señaló y Peter bajó a buscarlo- ¿Qué podemos ver? -dijo una vez que encendió la tv.
-A esta hora está mi serie favorita, ¿querés que la veamos juntos?
-Dale, ¿cuál es?
-Esperanza Mía, ¿la ves?
-¿La de la novicia y el cura?
-Sip.
-Ay, dale. Miré los primeros capítulos, son un cago de risa boludo -rió- Perdón, me fuí de mano con el boludo
-No pasa nada -sonrió.

Narra Lali

Terminamos viendo la novela. Peter se había acurrucado un poco más a mi lado. Nos reíamos por todo, claramente este era un programa de calidad. Esos que te hacen reír posta.

Una vez que terminó, Lali fijó sus ojos en Peter, quién estaba plácidamente dormido a su lado. Aprovechó, y sacó su pequeño cuadernillo:

9 de Junio, 2010.
¡Me vive pasando de todo! Hoy salí a una jornada de juegos en el gran Mandalay. Y un balón de fútbol casi me arranca la cabeza. Bueno, no tan así, ¡pero sí! Lo malo de todo esto fué que me golpeó en la parte de dónde salen mis poderes, tuve mucho miedo de perderlos. Creo que no viviría sin ellos, es cómo mi costumbre. En fín, me ayudaron a levantarme y me trajeron a mi habitación, dónde estoy escribiendo esto justamente ahora. Adiviná quién vino a chequear que yo estaba bien. Sí, PETER. Esto es muy loco, y aún no salgo de mi asombro. Nunca pensé que haría algo así. Se quedó mirando conmigo una novela que empezó hace menos de dos semanas y está muy buena. Y ahora él está aquí, no está viendo lo que hago, por que esta durmiendo. SI, DURMIENDO. Es tan...

No pudo terminar, Cande abrió la puerta y entró. Peter pegó un salto por el susto y se despertó.

-Uy, perdón por interrumpir -miró pícara a Lali-. La directora nos llama a todos al salón de actos.
-¿Yo también? -preguntó Lali.
-¿Vos sos del Mandalay? -la miró irónica. Lali asintió-. Entonces sí, corazón.
-Bueno che -rió Lali- ¿Te vas con tus amigos, Pitt?
-¿Pitt? -susurró Cande por lo bajo, para ella misma.
-Sí, me deben estar buscando. Gracias por esta linda tarde, La -le sonrió y salió.
-Ojo vos con lo que hacés -rió Cande e hizo lo mismo. Lali le sacó la lengua y corrió tras ellas hasta la sala de actos o reuniones.

Luego de estar pidiendo silencio por unos veinte minutos, la directora al fín logro hablar:

-Bueno, como ustedes saben, hubo un incidente en nuestro salón de fiesta. Y en estos momentos está siendo reconstruído, aunque nos falta más recaudaciones, y en estos momentos el colegio no tiene suficientes. Así que estábamos pensando en organizar una feria, con música, juegos, y más. ¿Qué dicen?

Otro gran debate, la idea parecía buena.

***

-Disculpe de interrumpa su charla, señora -dijo la secretaria de la jefa de gobiernos al entrar en la habitación dónde se encontraban ella y Carlos.
-No pasa nada. Dígame.
-El Colegio Mandalay de esta ciudad quiere proponer una feria, por unos cuantos días. Usted sabe que hace unos días hubo un accidente, y necesitan recaudación, ¿qué hacemos?
-Deciles que están autorizados, mientras que cumplan con los Derechos de la ciudad.

Colegio Mandalay... Nunca pregunté ahí por la pequeña mocosa... decía el interior de Carlos, quién prestaba atención a la conversación. Podría ir a esa feria. Tal vez esa persona tan ''especial'' que él busca esté ahí, a tan solo pasos de él. Y no se había percatado de nada.

Cap Laaaaargo :) ¡Espero que les guste!
Se acerca lo que ustedes me pidieron tanto: LALI VA A CANTAR.

Las quiero.
Juli.




4 comentarios:

  1. Vamoooooos lopibeeees siiii lali va a cantar al fin gracias por cumplirlo geniaaaa me encanto ver a peter preocupado por lali un amor de persona jajajajajajja lo amooo esperamdo el proximo cap ojala que carlos no la encuentreee!!! Mas mas mas

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  2. Que no la encuentre!!
    Hey es verdadqq peter y martina terminaron???
    Dios espero que sea cierto!

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    1. Si, ¡Terminaron! ¡Fiesta en mi casa! Trae el champagne Mimi ahre<3
      Debo decirte que en algun momento Carlos la va a encontrar, ¡pero falta!, no mucho, pero falta, bue.
      Gracias por comentar.

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  3. ME PUSE A LLORAR CUANDO LALI CANTO

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