martes, 30 de diciembre de 2014

Capitulo 4

Jodido despertador, ¿Justo ahora debías sonar?
Me levanté y busqué algo común para ponerme. Hoy estaba fresco así que tome unos jeans largos, una remera lisa de mangas largas y arriba mi chaqueta de cuero con piel debajo. Calentito.
Bajé y sobre la mesa estaba mi café con leche, unas facturas y una nota: ''Peter: Fuí  a hacer unas compras. Abrígate y no te vayas tarde. Mamá.''.
Terminé de desayunar mientras miraba Juego de Gemelas, que justo pasaban en la televisión a esa hora. Miré el reloj, 07:45, yo entraba 08:15. Tomé mi mochila, salí y me metí en el auto. Lo primero fué prender la calefacción. Miré el termometro que había dentro del coche: 7°.
(...)
Llegué al colegio. Maldecí que tenía que salir de mi acogedor vehículo, del ambiente cálido por la calefacción. Suspiré y entré a la construcción.
Allí digamos que no cambiaba nada. Sobretodo las chicas: Todas con polleras cortas y cancanes con un delicado saquito que, a mi parecer, no abrígaba nada.
Me crucé con Nicolas que venía agarrado de la mano con Eugenia.
-Peter, ¿Te molesta que me siente con ella hoy? -preguntó Nicolas.
-No, yo me siento atrás -"Tal vez pueda hablar con Lali" pensé.
-¿No te molesta? -volvió a interrogar haciendo una mueca
-No, gracias por avisar -contesté de la mejor forma. No me puedo quejar: Dentro de todo, ellos son novios.
-Nosotros vamos al patio, ¿Querés ir?
-Dale.
''Espero que ella esté ahí'' me rogué a mi mismo mientras caminábamos. Y así fué, Lali estaba ahí, sentada: Llevaba un jean de color negro con una blusa, color negro, y un polar arriba, color negro. Todo negro.  La mitad de sus puños estaban dentro del polar y sus dedos sostenían el libro que leía.
-¿Pensás acercarte? -preguntó Eugenia por detrás de mis hombros.
-No lo sé. 
-Suerte -dijo y siguió caminando con Nico unos cuántos pasos más.
Dí un paso, dos, tres... 
Cuando quedé al lado de ella, miró mis zapatillas.
-Te dije que no te me acercaras.
-¿Cómo sabes que soy soy? -pregunté desconcertado.
-Sos la única persona que se me acerca. Me harías un favor si te fueras.
Ignoré eso, me quedé mirándola como idiota.
-¿Qué lees? -reaccioné.
-Un libro -respondió irónicamente.
Tocó el timbre. Lali cerró el libro y lo guardó en el bolsillo del frente de su mochila.
-Te ayudo a levantarte -dije tocando su brazo. Inmediatamente ella lo sacó, como si mi tacto quemara.
-No me vuelvas a tocar -dijo frunciendo el ceño, mirando hacía la nada.
-Me haría bien si me miraras... -respondí por lo bajo, al parecer ella me escuchó.
-Mis ojos reflejan peligro. Ahora haceme el favor de desaparecer, ¿Tanto cuesta?
-No. 
-Aléjate, sino mis demonios se enojarán.
-Otra vez los demonios, ¿Qué onda con eso?
Apretó fuerte sus puños y dejándome con la palabra en la boca, entró a clases.
Hice lo mismo. Me debía sentar a su lado ya que los demás pupitres estaban ocupados.
-Otra vez vos. -suspiró -Te voy a dejar, simplemente porque no hay más lugares. No digas nada y ni se te ocurra mirarme. -''Imposible'' pensé.
Era cierto, como no mirarla: Se había levantado un poco el sueter para poder anotar. Sus pulseras se movieron un poco, dejando a la vista cinco cortes, sangre viva, recientemente echos.
Ella se percató de esto y disimuladamente se las acomodó. Pero ya era tarde porque me imaginé un montón de barbaridades.
(...)
Luego de dos horas de aburrimiento alfín tocó el timbre de receso.
-Pueden salir -anunció el profesor... no lo sé, no presté atención así que ni idea de su nombre.
Lali salió y se metió a la cafetería. Se sentó en una de las mesas alejadas del resto, sacó un taper dónde había un par de sanwiches de jamón y queso. Nicolás y Euge aparecieron detrás mío con un pibe alto y algo morocho.
-Peter, él es Gastón. 
-Un gusto -dijo tendiendo su mano.
-Igualmente -estrechamos las mismas.
Volví a mirar a Lali ahí, intacta, mirando su merienda. Cómo si el alimento la fuera a comer a ella.
-Pará un poco, Mr. Disimulo -me dijo Nicolás mientras reía de un chiste que había contado Gastón.
-No ha tocado su comida aún -dije en voz baja.
Ahí fué cuando en un movimiento rápido le dió un mordiscon. No pasaron ni dos segundos cuando dió otro, y otro, y otro más. Una vez con la boca llena se paró, tomó sus cosas y salió corriendo tocándose la panza. Sé a donde concurre esto. No quiero ni imaginarlo.

Oh, pobre Lali:( ¿Qué habrá pasado con ella?
Opinen, ¿Les gusta la nove?


Juli. (ex @AngelitaDLali) (Actual @esposmysmile)

2 comentarios:

  1. Bueno ,voy a sacar mis conclusiones:
    Algo malisimo le paso y se alivia la angustia cortandose y es anorexica (creo porq salio corriendo tocandose la panza)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy buena deducción. Te voy a decir que la historia mala pasó, pero es muy macabro dkhsalassa pobre.
      Gracias por comentar:)

      Eliminar