jueves, 1 de octubre de 2015

DOCE

Capitulo Doce
Su corazón comenzó a latir con fuerza. ¿Sola, y con Peter? Esto no podía estar pasando. Un bocinazo la sacó de sus pensamientos, abrió levemente la cortina que daba hacia la calle y allí estaba el auto de su padre estacionado: Había llegado.
—Escóndete —fue lo único que le dijo, mientras cerraba nuevamente la ventana.
Peter subió las escaleras y entro al pasillo. Muchas puertas lo confundieron, pero al menos sabia que la última era de Elias, porque ya había venido varias veces a la Casa Esposito. 
Se paro frente a una puerta blanca que era la única limpia, reluciente y sin nada pegado. Abrió silenciosamente para encontrarse una habitación totalmente hermosa; paredes verde agua, muebles blancos y una pequeña biblioteca al lado del placard. Esta habitación era de Lali, supuso. Se escondió en el guardarropa mientras intentaba descifrar lo que se decía en la cocina.


—Llegaste temprano —le confirmó Elias a su hermana, mientras dejaba su mochila en el sofá.
—Sí, ¿Y papá?
—Quiso quedarse, tal vez vuelva en unos días, asi que mientras no esté voy a invitar a algunos amigos. ¿Te molesta?
—Em, no —suspiró—. ¿En tu grupo de amigos está Eugenia?
—Eugenia Suarez, y si, es parte. Igual ya se que es tu mejor amiga. En fin.
—Hablando de mejores amigos... ¡PETER! 
Al escuchar el grito de Lali, este salió de su escondite y bajó a la cocina.
—¿Qué haces acá? Encima solo con mi hermanita...
—Hubo un problema en mi fiesta entre una de mis novias y Lali, asi que me invito y vinimos un rato acá —se encogió de hombros.
—Veo que conoces a mi hermana. —su tono era cuida.
—Eli, por Dios. ¿No creerás que la quiero conquistar?
—Sigo aquí —musitó Lali, golpeando suavemente su pie contra el suelo.
—Vos y yo vamos a hablar otro día —dijo él.
—Como sea. Nos vemos, Là. —contestó Peter y salió por la puerta.
No dudó en pensar que Elias la estaba protegiendo de las garras del gran Peter Lanzani. En realidad, su hermano nunca había sido malo, sólo es un seguidor de Marcos y por eso ella algunas veces lo considera otra persona a la que en realidad es. Pero no, él sigue siendo su hermano mayor por un año, el que le tomaba la mano para ayudarla a caminar, el que varias veces la había hecho reír, el que le cantaba canciones para dormir, el que le enseñó a jugar sin trampa. Todavía tenia esperanzas de que fuese él, detrás de esa máscara. 
Subió a su habitación, no sin antes saludarlo. Su placard tenia toda su ropa desparramada, y algunas en el piso. Rió por lo bajo.
—Aquí se quiso enconder, ¿Eh?
Se colocó el pijama y no alcanzó apoyar la cabeza en el almohadón para dormirse.

* * *
El despertador sonó exactamente a las 7:13 de la mañana, luego de haberlo pospuesto dos veces. Se refregó los ojos y una figura se movió a su lado: Eugenia.
 —¿Qué hago aquí? —preguntó esta con su voz un poco adormilada.
—Te emborrachaste mal anoche —rió Peter—. Cuando llegamos a casa me dijiste que no querías dormir sola porque iba a venir un osito cariñosito y te iba a morder los pies.
—¿Enserio? —carcajeó—. Me duele la cabeza.
—Y... como no. Anda a tu cuarto a cambiarte, hoy no podemos faltar al colegio. Yo le pido a mi mamà que te ponga un calmante en el te.
—Esta bien —dijo. Se levantó y sacudió su ropa antes de salir.
Se cambió libremente, se colocó un poco de desodorante y bajó.
Desayunaron alegremente junto a Emi y a Sergio, el padre de Eugenia. Antes de irse estos dos los llamaron.
—Peter, Euge. Con Sergio tenemos una muy linda noticia para darles —sonrió Emi.
—¿Qué pasa? —interrogó la rubia.
—Con Emilia, nosotros... hace mucho somos novios, aunque no quisimos decirles... y ahora...
—Nos vamos a casar —confirmó Emilia, y Peter se le abalanzó encima para abrazarla. Lo mismo hizo Euge con su padre.
—¿De verdad? ¡AAAAH! ¡Te voy a ayudar con el vestido, y la preparación y... AAAAH! —Gritó la rubia, abrazando a Emi.
—¡Vamos a ser una familia! —dijo de la misma forma Sergio. Peter sonrió.
En ese momento pasaba Lali en bicicleta, como todas las mañanas. Su cabello volaba con el viento, al igual que la pollera del colegio. Llevaba la campera verde, ya que era un día algo frío. El primer día de la primera.
—¡Lali! —dijo en voz alta Eugenia, esta dio vuelta la cabeza, sonrió y bajo.
—Buen día —saludó.
—Hola, Là —correspondió Peter contento— a que no sabes qué.
—¿Qué pasó? —preguntó sin entender.
—Vamos a ser una familia... Sergio y yo nos vamos a casar —musitó Emi, abrazando a su futura familia.
—Con Peter vamos a ser hermanos —dijo Euge, sacándolo la lengua a Peter, él repitió la acción divertido.
—¡Qué bueno! Los felicito —sonrió Lali.
Se quedaron un rato más, hasta que se dieron cuenta que en pocos minutos comenzaban las clases, asì que Peter y Euge entraron al auto del masculino, y Lali se fue en su bicicleta.


Maraton 1/3
¡En un instante el otro!
Juli.

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