jueves, 1 de octubre de 2015

TRECE

Capitulo Trece
Se sentía frustrada, ¿Porque todos tenían una hermosa familia y ella no? Frunció el ceño molesta, mientras miraba al cielo.
—No sabes cuánto te necesito —le dijo a su madre.
Estacionó su bicicleta en uno de los árboles del colegio y entró, adentro nada cambiaba: en la cafetería la mayoría de los alumnos escribían sus historias para un concurso, en el cual por este año no iba a participar. Cande estaba sentada en una punta frente a su computadora y una página en blanco. Lali se le acercó lentamente y se saludaron con un beso en la mejilla.
—Hola. —sonrió Candela.
—¿Vos también estás con eso del concurso?
—Necesito el dinero —parpadeó varias veces—. Mi familia está entrando en crisis, y creo que con el dinero que gane aquí podré ayudar. Después de todo, mi papá es quien paga este colegio, y lo que aprendí lo puedo usar para ayudarlo yo a él.
—Es muy generoso de tu parte —curveo sus labios—. ¿Y qué piensas escribir?
—Um, aún no lo se. Supongo que un corto. No soy buena haciendo novelas largas —se encogió de hombros.
—Ah, ¿Y los personajes?
—No tengo nada todavía, y me estoy desesperando. Tengo apenas una semana para escribir mi corto y mandarlo a la página oficial del colegio, ¿Me ayudas?
Ni bien dijo eso, el timbre resonó, haciendo que todos guarden sus tecnologías en la mochila y vayan desapareciendo lentamente por las puertas.
—¿Qué clase tienes ahora? —preguntó Candela.
Lali sacó sus horarios, ya que nunca se acordaba de ninguno, y controló:
—Ortografía, con el profesor Smith Henderson, creo.
—Entonces en el primer recreo te veo y charlamos, ¿Sí? Voy a estar en una de las mesas de afuera.
—Dale, nos vemos.
Caminaron juntas por el pasillo, hasta que Cande se desvió del camino para entrar al salón de poesía para cuarto año. Lali subió hasta la primer planta y entró en su respectivo salón.

* * *
Luego del colegio, Cande y Lali habían acordado encontrarse a las seis en una playa cercana. Allí iban a comenzar a escribir el corto de Cande. Ya tenían todo listo, la historia se trataba de una chica enamorada —y de novia— con un chico un año mayor que ella, el cual le es infiel. Por esta razón la protagonista se suicida y el final es trágico.
Salieron al recreo cuando vieron a dos desconocidos, ellas conocían a casi todo el colegio aunque nunca hablaran con nadie, a esa pareja no la vieron nunca. Ambos llevaban el uniforme. Eran altos, y rubios. Se miraban con ternura y, antes de separarse, se dieron un lindo beso.
—¿Y esos?
—Nunca los había visto —respondió Lali—, pero es una linda pareja.
—Sí. ¿Y si vamos a preguntarle quien mierda son? —preguntó Cande. Lali soltó una carcajada.
—No. Seguramente luego se van a presentar solitos —se encogió de hombros.
Luego de veinte minutos, el timbre volvió a sonar. Esta vez Candela y Mariana tenían la misma clase, y se sentaban juntas. Entró la profesora a cargo de la materia y, detrás de ella, la misma pareja que habían visto antes.
—Alumnos, ellos son Rocío Igarzabal y Gastòn Dalmau, vienen del interior de Misiones a sacar sus carreras. Quiero que se comporten como los buenos chicos que son —rueda sus ojos y sonríe.

* * *
La clase pasó rápido, pero antes de irse la profesora dio un trabajo en grupos de a cuatro. En el curso eran veinte alumnos, así que nadie podría quedarse sin grupo. Lali y Cande, al igual que Rochi y Gastòn, quedaron en grupos de a dos, y por esta razón los cuatro se unieron para hacer el trabajo.
—¿Y bien, cuando hacemos el trabajo? —preguntó Gastòn a la salida del colegio.
—Podemos ir a nuestro departamento, mi amor —propuso Rocío sonriente.
—Nosotras no tenemos problema —dijo Cande—, pero hoy no. Tenemos que hacer algo junto con Mariana.
—No entiendo, ¿Tu nombre no era Lali?
—Asi me dicen —contestó esta—. Puedes llamarme como más te guste.    

* * *
—Mañana a la tarde vamos a tu casa a hacer ese trabajo —le dijo Peter a Elìas a la salida del colegio.
—Está bien, nos vemos.
Estrecharon sus manos y el hermano de Mariana se fue, mientras que Peter esperaba unos minutos hasta que llegara su futura hermana.
—¡Al fin! —gritó Euge—, pensé que no iba a salir nunca de este colegio de mier...
—Para loca —rió— ¿Qué pasó ahora? —pregunta mientras le abre la puerta del auto.
—La directora me regañó porque la vieja loca esa dice que mis notas bajaron un montón.
—Y de tener nueve a tener cuatro, em... Sí, tus notas bajaron.
—¿Me estás provocando Lanzani? ¡Se supone que me tenes que apoyar, estúpido!
—Cuando te calmes, hablamos. —fue lo último que dijo, antes de encender la radio a todo volumen.
—Tengo una idea —musitó Euge contenta, mientras apagaba el aparato.
—Te escucho.
—¿Viste que a mí no me gustan que los de nuestro colegio se peleen con los otros? —Peter asintió—. Podríamos invitar a algunos del grupo de Lali a pasear, y nosotros vamos con el nuestro —sonríe—, tal vez somos un buen grupo de amigos, pero por el orgullo de cada uno no nos tocamos ni con un palo.
—Me parece una idea ridícula —Peter rodó los ojos.
—Pues, yo la voy a llevar a cabo. Este viernes, en la playa sur de la ciudad. Te voy a dejar con la boca abierta, Lanzani.

Maraton 2/3
¡En un rato el ùltimo capitulo del dìa!
Juli.

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