jueves, 5 de noviembre de 2015

DIECISIETE

Capitulo Diecisiete


Unos ojos marrones la miraron detenidamente. Lali estaba atònita.
—¿Mamà? —preguntò. Sus ojos ardìan, posiblemente se pondrìa a llorar, ¿Esto era un sueño?
Gimena le sonrìo tiernamente, llevaba un vestido blanco que le llegaba hasta las rodillas y unos zapatos que hacìen juego con sus uñas, pintadas de un rojo fuego.
—Hola, hija —dijo Gimena como si nada— ¿Còmo estàs?
Mariana se le quedò mirando un segundo —Bien, em... ¿Eres real?
Gimena la mirò confundida.
—No entiendo lo que estàs diciendo.
—P-p-pero tù estabas m-muerta —tartamudeò.
—¿Eh? ¿Muerta, yo? —soltò una risa— ¿No leìste mi carta?
—¿Carta? ¿Què carta?
—Una carta que deje sobre tu cama —se agachò a la altura de Lali y esta gateò hacia atras, aùn insegura— Heeey, ¿Le tienes miedo a tu madre?
—No lo puedo creer, ¡No moriste! —ampliò una hermosa sonrisa, abalanzàndose a Gimena. Ambas se estrecharon en un abrazo— No sabes todo lo que te llorè. —susurrò.
—Ay, chiquita —dijo esta, acariciando el suave cabello de su hija—.
—Pero... ¿Me explicàs lo de la carta? Yo no encontrè ni leì nada.
—Yo me fui a Bahìa a buscar unos papeles por el trabajo, fue de urgencia asì que tuve que escribirte una carta pero... —ahì le cayò la ficha— ¡Tu padre! Oh, ese maldito hombre, seguro la sacò e inventò que yo estaba muerta.
—Debemos hablar con èl, entonces. Mami, enserio pensè que habìas muerto, papà me dijo q-que el auto en el que tu ibas habia c-chocado —susurrò entre làgrimas.
—Ya pasò, mi pequeña Lali. Ya pasò... —Gimena la abrazò felizmente y la ayudò a levantarse— Ahora vamos a casa, tengo unas cuàntas cosas para decirle a tu padre.


Subieron al Sonic LTZ rojo de Gimena, Lali encendiò la radio y fueron rumbo a su casa. Al llegar, Marcos recibiò a ambas con aplausos y una sonrisa maligna. Elìas no estaba en casa.

—Vaya, vaya. Mira lo que tenemos aquì... A la madre muerta y a su tonta hija que se cree cualquier cosa —riò.
—¿Còmo se te ocurre decirle a la nena que su mamà se ha muerto? ¡No tenès corazòn, Marcos! —interrumpiò Gimena, acercàndose a zancadas a èl.
—Por favor, mamà. No te pongas a su altura —llorisqueò Lali—, no tiene sentido.
—Tu hija es una estùpida, se tragò todo desde el principio —Marcos continuò, ignorando los pedidos de su hija—, es igual o màs tonta que tù, Gimena.
—¿Porque eres tan malo? ¿Acaso no recuerdas lo felices que èramos nosotros dos?
—¡Pero esta pendeja arruinò todo! —gritò furioso. Gimena lanzò una cachetada que se escuchò por toda la sala.
«Elìas, vuelve. Te lo pido por favor»
Marcos recobrò el aliento y fue directo hacia ella, empujando a Gimena sobre un sofà de la sala. Avanzò a pasos largos y tomò a Lali de las mejillas.
—Lo ùnico que haces es causarme problemas —murmurò a centìmetros de su cara.
Cinco golpes. Un grito ahogado de una madre preocupada. Sangre. Màs golpes.


Su cara pàlida iba abriendo lentamente los ojos. La luz de su propia habitaciòn le molestaba. Su madre estaba sentada al lado de la cama y su hermano estaba parado a un lado.

—¿Còmo te sientes? —murmurò Gime.
—Bien. Bah, hubo veces peores —dijo entrecortadamente, cerrando los ojos con fuerza al tocar la herida en la mejilla.
—Papà se zarpò —acotò Elìas— ¿Necesitàs que te traiga algo?
—Siempre se zarpa —respondiò Lali— ¿Estuve mucho tiempo en coma? —bromeò. Gimena sonriò levemente.
—Unos quince minutos —dijo.
—¿Y Marcos? —interrogò èl.
—No lo sè, espero que no se aparezca por un buen tiempo o sino...
—Sino nada, mamà. No podemos contra èl. ¿Y vos, Elìas? Es rarìsimo que estès aquì preocupàndote por mì.
—Siempre vas a ser mi hermanita —sonriò—... y no soy tan malo, hey —riò.
—Ustedes son mi todo —dijo Gime, abrazàndo a Lali y hacièndole señas a Elìas para que se una al abrazo.

*****

—Peter, dime lo que acabas de decir, te lo digo por decimo sèptima vez, ¿Te gusta Lali?
—No —respondiò frìo—. Ademàs, yo estoy de novio, muy feliz.
—¿De novio? ¿Es enserio? Cortaste con Guillermina hace cinco dìas.
—Seis —corrigiò. Euge suspira desagradablemente—, esta es nueva, se llama Mileva y es tres años menor. Se parte sol...
—No —interrumpiò Euge—, no se parte nada. ¿Què es eso de conseguir una chica por semana, estàs loco? ¡Despierta, Peter! ¡Tu amas a Lali!
—¿¡Què carajos estàs diciendo!? ¡A mi no me gusta esa maldita rata!
—¿Entonces porque te enojas tanto cuando te hablo de ella?
—¡Porque me molesta que estès todo el dìa pendiente de mì, metete en tu vida! —gritò, cubrièndo su rostro con la almohada.
El timbre sonò. Una, dos, tres, cuatro y hasta cinco veces. Euge suspirò pesadamente.
—Esto no termina asì —dijo, el timbre volviò a sonar— ¡Ya va!
Bajò las escaleras y abriò la puerta para encontrarse con una joven, parecìa tener unos catorce o quince años. Cabello rubio-castaño y ojos verdes, cara repleta de maquillaje y un buen trasero. Traìa una remera holgada de seda transparente, dejando ver su corpiño. Un short de jean tiro alto del mismo color —blanco— y zapatillas de cuero negras. Cabello suelto y muy —muy, muy— largo.
—¿Y vos sos? —dijo la niña con mala cara— ¿Aquì vive Peter?
—Hey, hey, hey, hey —se quejò Eugenia—, a mi me tratàs bien. Soy la hermana —le dijo—. ¿Y vos quien sos?
—Mileva. Soy su novia, asì que si me dejaras pasar serìa un placer —y asì sin màs entrò a la casa, dejando a Eugenia con la boca abierta.


HOLAAAA
Nueva odiada de la novela: MILEVA. El nombre saliò cuando pensè en la mas ''gato'' de mi curso y a la MilevaQSF la describì como mi compañera, pero no digan nada(?

Quiero que me ayudennnn: mas adelante viene un capítulo donde  van a aparecer muchos chicos, necesito que ustedes me tiren un nombre que les guste y una edad, y su personaje va a aparecer en la novela!

¡las quieroooooOo!
Juli.




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