sábado, 18 de julio de 2015

Capitulo 22

Peter
Me levanté con una suave risita en mi oído. Murmuré algo sin sentido, mientras abría los ojos y me encontraba con ella. Con mi Lali. Llevaba su uniforme del Mandalay puesto, una dulce colita en el pelo y una pequeña torta en sus manos. Sonreí.
–Feliz cumpleaños, mi amor –musitó.
Se acerca a mí y me deja un suave beso en la mejilla.
–Gracias, te amo. –sonrío levemente, aún algo dormido.
– ¿No pensas soplar las velas? –dice.
Enciende la vela mientras canta el ‘’Feliz Cumpleaños’’. Le dedico una sonrisa mientras soplaba la vela:
– ¿Pediste los tres deseos? –pregunta entusiasmada.
–No necesito deseos, tengo todo lo que neces…
– ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! –gritan todos los demás al unísono, interrumpiéndome.
– ¡Les dije que aún no! –se quejó Lali, sentándose sobre mi cama ‘’enojada’’.
–De todas formas, Eugenia y Paula no cerraban el pico y ese vestidor estaba bastante caluroso –se defendió Gastón.
– ¡Hermanito mío! –acota Paula, tirándose sobre mí.

Autora
Peter se terminó de cambiar para un día ‘’común y corriente’’ en el colegio. Mientras tanto, Lali y los demás bajaban hasta el comedor:
– ¿Está todo listo, Gast? –pregunta ella.
–Claro que sí –asiente–, con Rocìo estuvimos toda la noche preparándolo. Candela y Paula se van a encargar de cocinar y Eugenia va a llevar a Peter a la hora exacta. Tenemos todo controlado, no te preocupes –dice, con una sonrisa.
– ¿Estuviste con Rocío toda la noche? –interroga con una pícara sonrisa en su rostro.
–Lali, ya te dije que somos amigos –murmura algo molesto, pero a la vez vergonzoso.
–No me jodas, todos nos dimos cuenta que te la comes viva…
–No es cierto.
–Llegamos –interrumpe Cande, que venía con las bandejas de comida junto a Rocío, Paula y Euge.
–¿Y Peter? –pregunta Lali.
–Ya debe venir –le responde Paula, sentándose del otro lado de la mesa.
Y era verdad. A los dos minutos llegó un Peter cambiado y perfumado. Cosa que a Lali la volvió completamente loca, e hizo que la mayoría de las chicas del lugar lo miraran.
–Te pusiste muy lindo. Pero todas estas putas te están mirando –murmuró Euge, entre risas.
–Yo no soy una puta –corrige Lali, frunciendo el ceño.
–Okay, vos no. ¿Pero las demás? Te conviene marcar terreno, antes de que se le tiren encima a tu novio.
–Hey, tranquílense, estoy acá –decía Peter, moviendo las manos de un lugar a otro.
Todos estallaron en carcajadas, llamando la atención en cada rincón del salón. Tocó el timbre, Lali, Euge, Peter y Rocío iban a Biología. Gastón, Paula y Cande a matemáticas.
La tarde transcurrió entre risas, charlas y, por esta vez, las clases también habían sido divertidas, porque estaban llegando a las vacaciones de invierno y, como eran los últimos días, ningún profesor quería arruinárselos. Hacían juegos dentro de las aulas, charlaban sin control, escuchaban música y hasta a veces los dejaban salir al aire libre.
Una vez que se hizo el mediodía, nuevamente todos se juntaron para almorzar algo y disfrutar de sus últimos días.
–¿Estás ocupado esta noche? –le pregunta Rocío a Gastón, mientras le dan un mordisco a su trozo de milanesa.
–Um, no. No lo creo –le responde él sincero, encogiéndose de hombros–, ¿Por, queres hacer algo?
–Alquilé una película de terror. Y la verdad es que fue una estupidez muy grande porque me dan mucho miedo, te quería preguntar si… ¿la queres ver conmigo?
–Bueno, sólo porque me parece tierna la forma en que me lo pedís –le responde, sonriendo.
Las mejillas de Rocío se tornan un rosado suave. Mientras tanto los demás seguían sobre sus actividades:
–¿No pensas hacer nada vos? Es tu cumple nene, ponele onda –se quejó Euge, pegándole levemente en el brazo a Peter.
–Eh, ojo con pegarle –lo defendió Lali, abrazándolo por detrás.
Sentía la mirada de Mery y sus amigas desde la otra punta del comedor. Pero era una mueca de disgusto, luego le sonreía y otra vez volvía a la cara de perro, ¿Qué le pasaba? De cualquier forma, no le interesaba. Ella estaba con Peter, Mery y sus amigas que se jodan.

* * *

La tarde iba cayendo lentamente, por cada minuto que pasaba Lali se emocionaba cada vez más. Llamaba a cada rato a Candela para corroborar que todo estaba saliendo como ella quería.
–Lali, es la undécima vez que me llamas, se me va a quemar el pollo –decía entre risas.
–¡Perdón! –se disculpó–, es que estoy nerviosa, y quiero que todo salga bien. Cande… ¿Can?
Le había cortado. Por novena vez.
–¿¡Porque todavía no estás cambiada!? –gritó Eugenia, cerrando la puerta de la habitación–, en media hora debes estar lista, Mariana.
–¡Perdón! –volvió a disculparse–, estaba hablando con Cande.
–Sí, me dijo que las llevas locas, a ella y a Paula. Cálmate un toque, todo va a salir bien.


Peter, mientras tanto, hacía zapping dentro de su habitación. Era su cumpleaños y cada uno estaba en sus actividades, incluso Lali. Había estado rara toda la tarde y, aunque le dijo un cálido feliz cumpleaños, esperaba que esté con él toda la tarde. Entra Eugenia a los apurones, con un hermoso traje de gala en sus manos.
–Ponte esto –fue lo único que dijo.
Simplemente obedeció, porque cuando Eugenia pedía algo no daba explicaciones. Y si no se hacía lo que ella quería, era capaz de hacerlo pasar vergüenza con sus berrinches.
–Lindo, eh –susurró, examinando el traje.
Era negro, con una corbata verde agua y zapatos de gala, ¿Para que querría Euge que se ponga eso? Sí que estaba intrigado.
Luego de salir, la vio nuevamente a la rubia sonriente, esta vez, con un vestido que le llegaba hasta las rodillas, del mismo color que su corbata.
–Euge, ¿Dónde vamos? Encima vestidos así –murmuró, mirándose nuevamente de pies a cabeza.
–Tu solo ven conmigo.
Odiaba cuando no daba ni un detalle. Pero prefirió callarse para no aguantar el lío de la rubia ‘’rebelde’’.
Lo guió hasta la entrada del bosque, y ahí se detuvo.
–Hasta acá llego yo. Ahora debes seguir en sendero por tu cuenta –murmuró, sonriente.
–¿Me estás tendiendo una cama? –pregunto–, ¿O está todo el colegio listo para verme vestido así de ridículo?
–Nada de eso, tú solo ve por el camino.
Debía hacerle caso en lo que fuera, así que se adentró en el ‘’bosque de otoño’’. Caminó un poco, hasta que se detuvo frente a una manta, también color verde, sobre el suelo. Tenía una vela encendida en cada punta, pero sólo eso.
Lali pensaba llegar unos minutos después, así que se escondió tras unos arbustos y al verlo pasar contó tres minutos, para comenzar a seguirlo sigilosamente. Pero algo salió mal, y deseó nunca haber visto la escena que veían sus ojos: Peter estaba acostado en la manta, sobre él, Mery. Ambos, muy unidos, en un beso. Mery llevaba el mismísimo vestido que ella. Su sorpresa se había ido a la mierda.
Y ahora odiaba a Peter Lanzani, para siempre.

¡No me odien, soy buena gente! ahre.
Comenten mucho, las ammmo, ah

¿Se acerca el final? Mh...

Juli.(@esposmysmile)

PD: Recuerden que este es el prologo de #QuieroSerFeliz → https://www.wattpad.com/myworks/44294864-quiero-ser-feliz esta novela tambien va a ser publicada en este blog. Gracias.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. si es asì, tendrìamos que mandar a Peter a un oculista, jajaja!
      Gracias por comentar

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