Paz volvió a pararse y le tomó la mano a Lali para que haga
lo mismo:
–Vamos a buscar a Gastón y a Rocío –explicó.
Abrieron desprevenidamente la puerta de la habitación de la
rubia y allí estaba los dos: besándose. Los días anteriores la habían pasado
juntos, y eso bastó para que se den cuenta que se gustaban, y ahí estaban.
– ¡Perdón! –dijo Paz, algo colorada por la situación.
–Con que no te gustaba, eh –musito Lali entre risas, mirando
a ambos.
– ¿Necesitan algo? –preguntó Rochi sonrojada.
–Paz necesita decirnos algo a los tres. Por lo que veo es
sobre los… –dijo, ellos ya sabían lo que seguía.
Fueron tras ella, que los dirigió al sótano, donde había una
serie de cámaras que apuntaban al río de Buenos Aires.
–Dentro de unos días, no se cuántos exactamente, va a llegar
un barco enorme…
– ¿Y? –pregunto Gastón.
–En esa carga vienen trescientos bebés –se detuvo un
momento, al ver la cara de susto en los chicos.
– ¿Bebés? ¿Por qué tantos?
– ¿Puedo explicarles con claridad? Sin interrupciones –advirtió.
–Contanos –murmuró Rochi, mientras se acomodaba en el suelo
junto a Lali.
–Miren, a esos bebés, quieren hacerle lo mismo que a
ustedes. Le quieren inyectar poderes mentales, y luego se los van a dar a
alguien para que aprendan a usarlos, así como a ustedes. La diferencia es que
vosotros fueron creados por sustancias químicas, y estos niños que están
llegando estuvieron nueve meses en la panza de una madre.
–Wow… ¿Y porque nos contas todo esto? –pregunta Lali, aún
sin entender.
–Porque ustedes van a detener ese barco, esa es su misión,
para lo que fueron creados…
Lali miró expectante a Rochi, Rochi miró expectante a Gastón,
Gastón miró expectante a Paz. Aún estaban confundidos, necesitaban más
respuestas:
–Podes… –inquirió Gastón, mirando a Paz para que siga.
–El ministro nunca fue malo –aclaró–, o sea que ni la Jefa
de Ministros, ni sus hombres, ni Carlos, Marcelo y José eran malos. (ACLARACIÒN: Marcelo y José fueron los que
cuidaron a Rocío y Gastón cuando eran pequeños, así como Carlos a Lali)
Ellos solo los estaban cuidando, porque sabían que lo que se venía era malo. Por
eso, mandaron a crearlos a ustedes, para no tener que robar ningún bebe. Ya de
paso, les implementaron poderes para que su misión no sea tan difícil. Después,
me llamaron a mí. Era una camarera que al principio se negó a todo, pensé que
era una locura. Luego me contaron el tema de los bebés y… no sé, quise
ayudarlos porque… –se dieron cuenta que su voz se iba apagando, por cada
palabra que decía.
–Paz, ¿estás bien?
–Sí –musitó–, solo que… yo perdí un bebe cuando era joven. Por
eso quise ayudarlos, ya demasiado había sufrido ¿y hacer que más bebés sigan
sufriendo? No me lo perdonaría nunca, entonces acepté.
– ¿Y vos que tenías que hacer?
–Yo tenía que esperarlos, precisamente acá. Porque cuando
los crearon, ya habían armado toda su vida, entonces, hicieron que todos vengan
acá, al Mandalay, para reencontrarse. Igual, cuando eran chicos, sus padres se
encontraban todo el tiempo, nada más que ustedes no se podían ver entre sí,
siempre había un vínculo que los separaba. En fin, yo solo tenía que
esperarlos, alojarlos y hacerles saber esto –terminó.
–Esto es impresionante –dijo Rocío al fin.
¿Eran protectores? Esto parecía una película. ¿Carlos bueno?
Pensó Lali, nunca se hubiera esperado que tantos años entrenando sus poderes fueran
para salvar la vida de tantos niños. Era algo completamente impresionante.
–Bueno, ahora saben todo. Manténganse atentos, pues ese
barco llegare en unos días, yo les voy a avisar tocando tres veces seguidas la
campana del colegio, así no asustan a nadie, ¿sí? Nos reunimos en la plaza del
frente y un vehiculo va a estar esperándolos. Entrenen, se nos viene algo
groso.
Con esas últimas palabras, Paz dejó a ir a lo chicos:
confundidos, asustados y en shock. Era muy tarde y no había nadie por los
pasillos, para ser precisos, eran las unas menos veinte a.m.
Cada uno entró en su respectiva habitación, a descansar. O
al menos era lo que Lali quería hacer: descansar. Pero no, entró a su cuarto y
estaba Peter, sí, Peter. Con un ramo de rosas en sus manos y la cara de perrito
triste.
– ¿Qué haces acá? –preguntó, algo adormilada.
–Venía a pedirte disculpas, enserio soy un idiota.
–Pensaste que mi sorpresa te la había preparado Mery, ¿desde
cuando Mery se interesa en ti? Para colmo la besaste, frente a mis ojos. ¿No te
acordaste que tenías una novia? –dijo dolida–, ¿No se te cruzó por la cabeza
que había aunque sea una posibilidad de que yo hubiera preparado eso? Se ve que
no. Encima Mery llevaba el mismo vestido que yo, a ella seguro le quedaba más
lindo. Y sabiendo que es alta y de ojos verdes, igual que el vestido, te la
chapaste, ¿NO?
–Puede que sea así pero… jamás me fijaría los rasgos, suelo
mirar lo de adentro en las personas, por eso te amé a vos, Lali.
– ¿Me estás cargando? YO soy tu novia, no ella –murmuró.
– ¿Sos? O sea que…
–Lo que hiciste me dolió mucho, mucho. Pero no dejé de ser
tu novia, ¿O si?
–No, no. Obvio que no. Cande me dijo que tenías algo
importante para decirme.
–Sí, pero ahora no, prefiero que estemos solos. Abrázame.
– ¿Estoy perdonado? –preguntó con una chispa de ilusión.
–El beso no te lo voy a perdonar nunca. Pero, en tus ojos
puedo ver todo lo que me amas, y sé que no lo quisiste hacer a propósito, así
que por esta vez te lo dejo pasar. Ahora abrázame –insistió.
Peter abrió sus brazos y la estrelló contra su pecho. No
necesitaban su ‘’noche especial’’ para demostrarse todo el cariño que se sentían,
pero había una duda que todavía carcomía a Peter, ¿Qué hacia su novia,
levantada a estas horas?
Él se había sentado a esperarla a las once, eran las doce y todavía
no llegaba, sin duda estaba haciendo algo que no le contaría, con preguntar no perdía
nada:
–Una pregunta, ¿Qué estuviste haciendo todo este tiempo?
–Estuve con Paz, es una larga historia –dijo, haciendo énfasis
en ‘’larga’’ –, mañana te cuento todo.
Al fin y al cabo estaban, nuevamente, como querían. Peter
antes de volver a su habitación le dejó un beso en la frente, y se fue. Mientras
tanto, Lali cerraba la puerta, viendo como sus amigas, a pesar del ruido y los
murmullos, seguían durmiendo como si nada. Incluso Eugenia roncaba. Sonrió, a
pesar de todo, nada había sido mala intención.
¡Hola, hola!
Aca les dejo su capi, para que depues no anden diciendo ''Ay loco, Julieta dice mas de dos comentarios y sube, pero aca hay veinte y yo no veo nada'' ahre.
¿SE ACERCA EL FINAL?
Hoy no voy a poner cuantos comentarios quiero para eguir, ustedes solo comenten, bue.
¡LAS QUIERO!
Juli. (@esposmysmile)
Masssssss
ResponderEliminarSigueee
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