La idea era esperar que aca lleguemos a mas de un comentario pero buee, en wattpad ya habian llegado asi que para no subir en un lugar si y en otro no acà les dejo el otro cap!
Esta vez, Gastòn condujo hasta la casa de gobierno. Una vez que llegaron se dirijieron a la puerta:
-Buen dìa -saludò Euge con cordialidad a la mujer de la secretarìa- buscamos a Carlos Espòsito.
A distancia se notò la cara de asustada de la chica.
-¿Para què lo quieren? -fue lo ùnico que se dignò a preguntar.
-¿Podemos verlo si o no?
-Voy a preguntarle, ya vengo -dijo, y se metiò casi corriendo en su oficina.
***
-¿Què? ¿Amigos de Lali? ¿Me estàs cargando, Sofìa? ¡Obvio que no voy a querer que pasen! ¡No, no y no, deciles que no! Que se vayan, no los quiero ver...
-Señor, Mariana està despertando -interrumpiò uno de los hombres.
-Que no se vaya. Y vos -apoyàndose el telefono nuevamente en el oìdo- deciles que estoy muy ocupados, y si no se quieren ir llamame de nuevo, tengo una forma de sacarlos de aquì. Chau.
Colgò e inmediatamente se acercò a la cama donde habìan puesto a Lali:
-Hola, mi amor... -le sonriò cìnico.
Abriò lentamente los ojos, pero se encontrò con el techo y las paredes cubiertas de blanco con algùn que otro detalle amarillo. Carlos estaba frente a ella, la estaba mirando. Esto no puede ser verdad.
-¿Què me hiciste, basura? ¿¡Què me hiciste!? ¡Hablà!
-Nada Mariana, nada. Te traje dònde perteneces, acà, el laboratorio, ¿pensaste que te iba a dejar ir, eh? Sos demasiado especial como para dejarte libre -dijo, acercàndose a ella y acariciàndo sus mejillas- A ver, dejame ver esos poderes tan lindos que vos tenès, mostràmelos. Cuànto apuesto a que todo este tiempo los estuviste usando, incluso pra escapar esa noche de casa... ¿mh?
-Sì, ¿y què? Vos mismo me entrenaste -corriò ràpidamente la cara, al ver que Carlos no dejaba de acariciarla. Pero èl seguìa acercàndosele-, las ventajas que me trajo tu entrenamiento... no sabès -riò- tanto que me ayudaste a escaparme, mirà que bien.
-¡Callate, pendeja!
-No me voy a callar nada, ¡AYUDA!
***
-Bien, hagamos esto. Paula, Cande y Gastòn, ustedes van a distraer a esos agentes de seguridad mientras yo y Euge colgamos la soga en aquella ventana, despuès, nosotros subimos y hacemos algo para que vayan todos adentro, y ahì es donde van a correr y van a terminar acà arriba, con nosotros, ¿està bien? -planificò Peter.
-Perfecto -dijeron.
-Bueno, manos a la obra.
Hicieron todo a la perfecciòn. Primero, Cande y Gastòn ''ayudaban'' a Paula, que se habìa ''desmayado'', varios corrieron a ver la actuaciòn, incluso los guardias de las puertas. Ahì fue cuando Euge y Peter lograron atar la enorme soga y subir. Ràpidamente taparon las càmaras de seguridad y fueron al tercer pso, dònde guardaban una gran catidad de dinero: abrieron la puerta y se escondieron al escuchar la alarma. En ese momento, los guardias se fueron y se metieron nuevamente a la construcciòn: Gas, Cande y Pau aprovechron y tambièn subieron. Por ùltimo, se encontraron dònde habìan planeado.
-¿Y ahora? -preguntò Paula confundida.
-Hay que bajar hasta el subsuelo, hay un ascensor, pero està cruzando todo este pasillo, ¿creen que podemos lograrlo? -indicò Euge.
-¿Còmo sabes tanto vos?
-Fuì amiga de Lali desde que teniàmos un mes, hasta compartiamos cuna y todo -riò-, un dìa su viejo la trajo y me trajeron, me dijeron que no dijera nada pero bueee... -se encogiò de hombros.
-Ahora hay que encontrar una forma de salir de acà -dijo Gastòn.
-¿Y si corremos? -propuso Cande.
-No està mal la idea... ¿Es muy largo el pasillo? -le preguntò Peter a Euge.
-No.
-Bueno. Voy a abrir esta puerta para controlar que no haya nadie.
La puerta hizo un pequeño chirrido, Peter asomò la cabeza sobre esta: no habìa nadie.
-Pasillo despejado -dijo-, a la cuenta de tres corremos a la...
-Derecha -dirigiò Eugenia.
-Ok. A las una... a las dos y a las... ¡Tres!
Se tomaron de las manos y entraron ràpidamente en el ascensor. Paula apretò el botòn que dirigìa al subsuelo y se dispusieron a esperar hasta que llegara a dicho piso.
Cuando llegaron, eran varios pasillos oscuros por dònde debìan pasar, eran muchas divisiones y caminos distintos.
-Creo que sè dònde puede llegara estar, les voy a pedir que caminen con cuidado -advirtiò Euge.
-Està bien.
***
-¡Ya basta Carlos, por favor! -suplicaba Lali, mantièndo los ojos fijos en la jarra que ella misma estaba hacièndo volar- Me estoy debilitando, ¡basta! -gritaba.
-Te lo merecès, por pendeja -fuè lo ùnico que se dignò a decir- Te escapaste, quisiste vivir una vida que nunca vas a tener Mariana, ¡entièndelo de una buena vez!
Estaba sentada en una silla, con las manos atadas por detràs. Habìa una jarra de vidrio sobre su cabeza y la intenciòn de Carlos era que la sostuviera. Si no lo hacìa, el mismo cristal caerìa sobre ella, dañàndola.
-¡Ya no puedo mas Carlos, sacame esta cosa por favor! -suplicaba, mientras veìa como el elemento iba bajando lentamente hacia ella, estaba a punto de caer.
-Señor, hay un grupo de chicos recorrièndo los pasillos -dijo un hombre, asomàndose por la puerta-, ¿què hago?
-Guiàles el camino, esto va a ser divertido -se riò.
-¡No le hagan nada, seguro me deben estar buscando a mì! -gritaba Lali.
-¿Què sabès vos quiènes son? Seguro todos se olvidaron de vos en el Mandalay.
-No creo, ellos no soy asì, no me van a dejar sola.
-Señor -nuevamente este hombre-, identificamos a estos cinco chicos, bah, a cuatro. Una de ellos es Eugenia, y el que no pudimos ubicar es un rubio. Los demàs son compañeros.
-¡Viste, te dije que no se habìan olvidado de mì! -exclamò Lali, aùn sostenièndo el jarrò con todas lasfuerzas que le quedaban: no podìa rendirse ahora.
-Voy a recibirlos -dijo Carlos, paràndose.
***
-Hola, mis amigos -sonriò cìnico, era Carlos-. Hola Eugenia, tanto tiempo, ¿Como estàs, chiquita?
-Dìganme dònde la tienen -se apresurò a decir la rubia.
-Està ahì cruzando aquella puerta -dijo, apuntàndo esta y sacàndo un arma- que nadie se mueva, o acà la van a pasar mal.
-¡Mi amor! ¿¡Estàs bien!? -gritò Peter.
-¡Sii! -se escuchò desde adentro, definitivamente era ella- ¡Pero no creo que pueda aguantar màs, por favor, ayudenme!
-¿Què le estàs hacièndo, basura? -preguntò Eugenia, estàtica en su lugar.
-Oh, ¿les contaste todas las cosas que trae consigo tu querida Lali? -le preguntò, acercàndose a ella.
-¿Cosas como què?
-Como que... ¡Tiene poderes! -gritò a propòsito, para que su ''hija lo escuchara''- si no vengan, miren... -dijo y se colocò tras ellos, apuntàndoles, los hizo caminar hasta dònde estaba la ventanilla.
Claramente se la veìa a Lali, miràndo un punto fijo: un jarròn. Este flotaba sobre el aire de arriba a abajo.
No se tenìan que enterar de esta manera, pensò Euge, mientras los demàs miraban atentamente, y con los ojos bien abiertos.
SE PUDRIO TODO GENTE.
+3 comentarios, y esto sigue!
Juli. (@esposmysmile)
Noooo....pitt no la dejes solaa!!!
ResponderEliminarGas ayudala!!!!
Seguiiiiiiiii
ResponderEliminarNO PODES DEJARLA ASI LOCO ME DEJASTE
ResponderEliminarCON LA INTRIGA!!! Jajaja plis no la dejes asi
Seguila!!!!!
Masss! No nos podes matar asi!
ResponderEliminarHaaa..... porfa seguila no la dejes asi....
ResponderEliminar:)
holaa, seguilaaa
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