Capítulo 14

-Mariana... -moviéndo mi hombro -Mari... Marian...
-Ya voy -me senté en la cama -Podrías empezar a llamarme Lali, sin problema -sonreí aún dormida.
-Bueno, Lali -me devolvió el gesto -¿Quién te puso ese apodo tan...? -preguntó.
-Peter -dije en voz baja y agachando mi cabeza. Una especie de escalofrío recorrió mis mejillas, bajando por mis brazos y terminó haciéndome cosquillas en la panza.
-¡Ay, te sonrojaste! -rió. Yo seguía con la cabeza gacha -Levantá la cabeza, Lali.
Negué. Gimena me tomó por la pera y me levantó la cara.
-¡Estás colorada! ¿Enamorada de Peter? ¡Ay, me re alegro! -me abrazó mientras yo por el pequeño espejo que había detrás de ella me miraba, estaba completamente colorada.
-Esperá -salí del apretón -¿Y si estoy enferma? -me quedé un segundo en silencio -No, es imposible. Yo soy una ch...
-Una chica como todas las demás -acarió mi mejilla -No tengas vergüenza. A todas nos pasó. El corazón elige por nosotros, no se puede hacer nada -me tomó de las manos.
-No lo sé... Esto es raro, ¿Debo tener miedo?
-No, todo lo contrario.
-Como digas, soy nueva en esto...
-Ahora prepárate, te voy a hacer un desayuno y después vamos a la comisaría a que te pongan la tobillera, ¿Dale?
-Bueno.
Gime sacó el enorme cartón que yo usaba como cortina para mi "habitación" dejando toda la claridad en esta. Abrí el pequeño mueble donde tenía esa poca ropa. Saqué una remera suelta de un color gris oscuro, bien oscuro, casi negro. Un short de algodón con un tanto de pelusas, ya que era algo viejo. Agarré el cepillo que no llegaba ni a los quince dientes pero de todas formas servía, comencé a pasármelo por el cabello alborotado de la mañana y con la clásica banda, me lo até.
Entreabrí las cortinas dejándome paso hacía la cocina y me senté en la mesa frente a mi chocolatada fría.
(...)
-¿Lista?
-Sí.
-Bueno, vamos.
Salimos de casa, yo bajé los dos escalones mientras Gime daba un gran portazo, era la única forma de que la puerta cerrara bien. Le dió dos vueltas de llave y guardó esta en su mini cartera.
Al llegar a la comisaría tuvimos que esperar en una sala. En ese pasillo hacía frío. Al final de este se lograba presenciar el lugar oscuro dónde estaban divididas las celdas: Se escuchaban golpes, gritos, puños... Que cagazo.
-¿Mariana Espósito? -preguntó uno de los médicos del lugar. Me levanté de mi silla dando a conocer que yo era la tal Mariana. -Pasá, por favor.
Entramos con mi tía, ella fué la que le entregó los papeles que nos habían dado en administración.
-Bien -dijo mirando los papeles. Levantó su mirada hacía mí -Vamos a tomarte las medidas. Y también quiero hacerte un control, no es por nada pero las chicas de tu edad suelen ser un tanto más... gorditas.
Me hizo sentar en esa camilla y puso un banco.
-Apoya la pierna aquí -dijo alcanzándome la silla. Comenzó a tomarme medidas de todas clases -Necesitas un modelo once. Ya vengo -sonrió y salió de la sala. Al minuto volvió a entrar con una caja. Se esta sacó el aparato, lo enrolló en mi pierna como una tobillera y lo prendió.
-¿Se lo tiene que sacar para bañarse? -preguntó Gime.
-Es anti agua, sólo se puede quitar con un aparato que está aquí, en la comisaría -fijó sus ojos en mi -Cerrado un tema, ahora el control. Recuéstate sobre la camilla, Mariana.
Me midió, pesó e investigó. Cosa que no me gustaba era el toqueteo, pero si es un médico no se puede hacer nada. Miró mis ojos, mis orejas. Preguntó que tal iba con la respiración. Entre otras cosas.
-La mayoría bien. Lo único que ví es que pesas poco, Mariana, tienes solo cincuenta y seis kilos.
-¿Y eso es grave?
-Y... Sí. ¿Cuantos años tienes?
-Diecisiete.
-Entonces muy grave. Las chicas de tu edad están pesando entre sesenta y cinco y setenta kilos. Te voy a dar una nutrición específica, quiero que la cumplas. Otra cosa, ¿Comes bien?
-No.
-¿Anorexia, bulimia?
-No sé. Hay veces que vomito, no muchas pero si. Igual no me siento gorda.
-Estás entrando en la etapa de la anorexia. Eso es malo. -miró a Gime -Controle que coma todo esto y bien, una vez que ya se haya acostumbrado a no comer mucho van a bajar sus defensas. -le dió un recetario -Listo, cualquier cosa, me avisan. El aparato cuando él se te acerque va a sonar. No te pongas nerviosa si pasa, apenas suene va a avisar acá y móviles policiales irán dónde estás tú, por precaución -sonrió y me beso en la mejilla, hizo lo mismo con Gimena -Nos vemos.
(...)
-¿Escuchaste todo, verdad? Nada de saltearte comidas. -Dijo Gime guardando los recetarios en su cartera.
-Es casi imposible. Lo intentaré.
Salimos de la comisaria y ahí estaba él, Peter. Se encontraba dentro de su auto blanco y esperaba que el semáforo se pusiera en verde para poder arrancar.
-¿Ese no es Peter? -preguntó Gime señalándolo con el dedo.
-Sí tía, hacete la disimulada. -pedí.
-No digas boludeces, Lali. ¡Peter! -gritó y este miró hacía atrás, retrocedió un poco el coche y lo estacionó. Seguido se bajó.
-Hola -nos dio a ambas un beso en la mejilla, cosa que al parecer me gustó -¿Como están?
-Bien -sonreí.
-Que bueno. ¿Y que hacían?
No podía decirle esto. Tenía que inventar alguna escusa.
-Salimos a caminar -mentí -estábamos volviendo para casa.
-Ah... ¿Quieren que las alcance?
-Lali, yo tengo que hacer unas compras -excusó Gime -Que Peter te alcance a vos a la cabaña, yo después voy -sonrió pícara.
Me dio las llaves y no dejó que le dijera ni una sola palabra.
(...)
Abrí la puerta y entramos con Peter. Él se me acercó, demasiado para mi gusto.
-Hay algo que desde que te conocí quiero hacer...
Nuestras respiraciones se entremezclaban con el olor a tulipanes. Las narices estaban a punto de chocarse entré sí. Nos mirábamos a los ojos. Los suyos color verde contra los míos, marrones. Había una muy poca distancia entre él... y yo.

¡Laliteeeeerr! ¡Fiesta en mi casa! ¡Woho! Ah
Súper capítulo☺ 
¿Lali enamorada?¿Quién la busca?¿Entrando en la anorexia? Uy, así no se puede vivir. Julieta arreglá esto ahre.
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Juli. (@esposmysmile)